12 de julio de 2015

Marc Anthony y la explosión de sabor en Madrid

Todo parecía indicar que Marc Anthony iba a dejar en el coliseo del Manzanares una bonita noche de ritmos y sabor. Y así fue desde el principio. En 90 minutos —un tiempo que, a mi juicio se hizo corto para el extenso repertorio del artista—, el estadounidense desplegó su talento casi al mismo tiempo que el público se le entregaba, coreando una a una todas las canciones que iban desfilando.

El concierto fue un ir y venir por la discografía del cantante, hizo un guiño a algunas de sus grabaciones antiguas más recordadas, entre ellas el Vivir lo nuestro en que la espectacular voz de Linda Viera —La India—, aquella de quien el propio Anthony llegó a decir que "era una tipa rara y que no le caía demasiado bien" fue muy bien suplida por el ya enfervorizado respetable y por unos coros que dieron el toque justo de armonía. Pero confieso que me rendí cuando apareció ese Juan Gabriel en estado de gracia en forma de Abrázame muy fuerte o cuando Y cómo es él sacó la esencia latina que José Luis Perales tal vez no concibiera cuando hizo inmortal tan hermosa canción. Ahí fue donde sentí que estaba viendo un señor concierto y que no importaba que durase 9 o 90 minutos.

El recital fue, sobre todo, salsa, una explosión de salsa muy bien conducida por muchos músicos que, la verdad, eché de menos fuesen presentados en su totalidad. Tan sólo tuvimos oportunidad de conocer al violinista y a uno de los percusionistas. Los dos se marcaron unos excelente solos y se ganaron sonoras ovaciones, dignas de virtuosos.

Sí destacaría el para mi gusto excesivo tiempo en blanco entre canción y canción, a veces de casi un minuto en que nos tuvieron con la intriga innecesaria de saber qué se preparaba para sorprendernos gratamente al tiempo que se enfriaba ese tórrido ambiente cocinado entre brillantes compases.

Marc Anthony interactuó de maravilla con el público, bien animando a acompañarle en las canciones, jaleando la presencia de mujeres de todas partes o bien marcándose unos pasos de baile y unas coreografías que ya son únicas en su ir y venir por los escenarios de todo el mundo.

El sonido no fue todo lo bueno que yo esperaba, con algún que otro acople brillantemente subsanado en segundos y me dicen que desde las zonas más alejadas del escenario, la voz no llegó con la brillantez esperaba. En fin, será cuestión de elegir la próxima vez un recinto algo más cerrado porque lo cierto es que las casi 25 mil personas que prácticamente abarrotaron el Vicente Calderón, superando el calor agobiante de este mes de julio, podrían haberse sentido más a gusto con un buen aire acondicionado, por ejemplo. Pero tal vez sea el pretexto para que podamos volver a verle pronto.

EL CONCIERTO EN OPINIONES

Puesta en escena: 3,5/5
Luces: 4,9/5
Sonido: 3/5
Imagen proyectores: 4,5/5
Artista en escenario: 4,5/5
Músicos: 4,5/5
Seguridad: 4/5



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