EL PAIS.
"Estará afónico Enrique Iglesias de todo lo que ha cantado. Y se va sin despedirse", comenta en esta red un asistente al recital. "Desde hoy somos fans de Enrique Iglesias. Nadie ha hecho más por acabar con la música de mierda en Santander", comenta otro. Tambiñen son muchos los que reprochan a los asistentes que se quejen. "¿Que esperabais? A Plácido Domingo?", replican. El artista, ajeno a la polémica, ha tuiteado: "Gracias por una noche mágica Santander".
El concierto del artista, que ha vendido más de 150 millones de discos en sus 22 años de carrera, era una de las principales citas del Año Jubilar Lebaniego, tras la presencia del francés Jean-Michel Jarre con el que se abrió en abril este acontecimiento religioso y cultural que tiene como epicentro el monasterio de Santo Toribio de Liébana, uno de los cinco lugares santos de la cristiandad.
El artista, vestido de negro y con una gorra gris, prosiguió con I like how it feels, Duele y Bailamos, durante la que el público comenzó a sacar sus móviles para recordar esos momentos del concierto. Bailamos sonó dos veces, tras un bis del cantante, sobre el escenario que ocupaba toda la parte norte del campo de El Sardinero, y llegó el momento más emotivo de la noche con Loco, para cuya interpretación Enrique Iglesias se trasladó a un plataforma situada en el centro del estadio con sus músicos. El intérprete tuvo varios guiños hacia el público, acercándose a los fans situados más cerca del escenario en varias ocasiones, lo que hizo que pudieran tocarle e incluso agarrarse a sus manos y su cintura.
El perdedor, Cuando, Be with you, Tired, Escape y Tonigh fueron las siguientes canciones interpretadas por Iglesias, que volvió en otras dos ocasiones a la pasarela central, en la que interpretó, casi al final de su actuación, antes de cantar Bailando, que coreó todo el estadio con las manos en alto. I like it fue la última canción que dio a su público el artista madrileño, con globos lanzados entre la gente con las letras ei y con confetti, humo y ráfagas de pirotecnia que llenaron todo el escenario.
Enrique Iglesias abandonó las tablas y la luz se hizo en El Sardinero, con todo el público esperando a otras conocidas canciones del artistas como Experiencia religiosa o Súbeme la radio. Pero Enrique Iglesias no volvía al escenario y eso comenzó a provocar cuchicheos e indignación entre los miles de seguidores que comenzaron a pitar la ausencia del intérprete.
Muchos empezaron a criticar su actuación e, incluso, en parte de los campos de sport de El Sardinero se comenzó a ver a gente levantando sus manos y diciendo "Manos arriba, esto es un atraco" o "fuera, fuera". Los minutos pasaban y los responsables de producción comenzaron a desmontar el escenario, mientras la gente miraba atónita que Enrique Iglesias se hubiera ido sin despedirse ni siquiera presentar a los que le acompañaban.
El público comenzó a abandonar los campos de sport de El Sardinero, justo 90 minutos después de que el cantante iniciara su actuación, y entre comentarios —nada buenos para Iglesias— la gente fue saliendo escalonadamente, quejándose de cómo había finalizado este único concierto del intérprete en España.
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