Alejandro Sanz se 'divorcia' de RLM en plena gira de Sirope

Lo ha sido todo en la música nacional. Rosa Lagarrigue  y su agencia de management, RLM, eran capaces de hacer cambiar las estrategias comerciales de multinacionales como Universal o Warner para plegarse a sus intereses. Ha llevado a Miguel Bosé, Alejandro Sanz, Mecano... es sin duda la mánager más poderosa de la música nacional", responde un periodista del ramo a la sencilla pregunta de quién es Rosa Lagarrigue. Ustedes no le pondrán cara, pero es la sombra que siempre ha conducido con mano firme las carreras de las grandes estrellas de la música nacional. Por eso la noticia que publicamos en exclusiva de que Alejandro Sanz ha decidido dejarla en plena gira por su disco 'Sirope' provoca no pocas suspicacias. Las razones esgrimidas son un seísmo de escala indeterminada aún y que puede alcanzar a figuras de la música como Malú o Raphael.

Según distintas fuentes de la industria, Sanz sospechaba desde hacía un tiempo que las cuentas no cuadraban. "Ordenó una auditoría y los resultados no debieron de gustarle porque la decisión fue fulminante", explican. El encontronazo sucedió hace apenas unos días, a mediados de mayo. Después de llevar 25 años juntos decidieron separar sus caminos de la manera más agria e inesperada posible. "Ahora hay que ver qué va a pasar porque Malú, que es hija profesional de Alejandro Sanz y que sigue en RLM, está valorando si abandonar también la agencia o apoyar a Rosa, que ha trabajado mucho por ella. Raphael puede que aún no sepa nada, estas cosas se las lleva su hijo".

Este diario se ha puesto en contacto con RLM, que ha confirmado a través de un portavoz que ya no trabajan con Alejandro Sanz, aunque no han querido hacer comentarios sobre las razones de esa decisión. En 1991, fecha de la edición de su primer álbum, Alejandro Sanz suscribió contrato con RLM, que desde ese momento pasó a representarle en exclusiva. Ha sido un cuarto de siglo en el que Lagarrigue y los sellos discográficos de Alejandro (primero Warner, luego Universal), lograron internacionalizar en tiempo récord la carrera del autor de 'Corazón partío'. Lazos profesionales y casi familiares que terminan ahora de forma abrupta ante el estupor de la industria.

El momento no ha podido ser peor, dado que Alejandro cerró el 22 de mayo su gira por Latinoamérica y el próximo 8 de julio empieza su gira española en Barcelona. Aunque en un primer momento se especuló con que podía ser Raquel Perera, su esposa, quien llevara su carrera a partir de ahora, ella ha negado rotundamente a que vaya a ser así. Será una persona de su confianza,una chica con la que ya ha trabajado en el pasado, quien se encargue a partir de ahora de los asuntos de Alejandro Sanz, aunque "todavía hay muchos flecos y se está reconfigurando todo". Según algunas fuentes, Universal, la casa de discos de Alejandro y a la que todavía le une un disco más por contrato, teme por el futurode su relación profesional ahora que RLM desaparece de la ecuación.

Este divorcio es similar al que vivieron Lagarrigue y Miguel Bosé a finales de 2013. Entonces no trascendieron los detalles, salvo que su relación profesional había acabado en el mismo "tenso encuentro" que su relación personal. A pesar del fuerte carácter de ambos, aquello fue "muy doloroso" para los dos. Nacida en 1955 en Santiago de Chile, con ocho años se trasladó a España. "Me inscribieron en el Liceo Francés de Madrid. Ahí conocí a Miguel [Bosé] y nos hicimos amigos de inmediato", explicó ella misma en una entrevista al diario chileno 'La Tercera'. Juntos empezaron a integrar la "misma pandilla de amigos". "Teníamos intereses comunes por el teatro, el baile y el cine, siempre nos llevamos muy bien". Rosa lo recordaba entonces como un chico inquieto y siempre bajo la lupa de los medios: "Imagínate, con esos padres famosos que tenía (el torero Luis Miguel Dominguín y la actriz italiana Lucía Bosé), la prensa siempre estuvo pendiente de él. Tanto que después de un tiempo creo que no le importó más". En 1973, Lagarrigue se marchó a Londres para estudiar ballet y Miguel la siguió para estudiar cine. "El se volvió a los seis meses y yo me quedé tres años. Miguel empezó a trabajar en cine y a tener muchos compromisos". Su carrera como profesora de ballet la llevó primero a Italia y luego a Tel Aviv, hasta que un día Bosé la llamó y le pidió que le ayudara con sus bailarines.