19 de julio de 2016

Así se gestó, hace 20 años y sin internet, el éxito de 'Macarena'


Los Del Río

¿Cómo se construía un hit antes del Internet? Es imposible pensar en una canción brincando fronteras en un mundo pre-cibernético. Seguramente hubo cientas de grandísimas canciones que se quedaron como hits locales perpetuos y nunca llegaron a reventar mundialmente.

En el caso de “La Macarena” hay una historia brutal que si bien explica el prolongadísimo proceso de la construcción de un hit global antes de YouTube, prueba que nadie en el mundo podía resistirse a sus encantos.

Aunque el éxito del mítico dúo Los del Río vio la luz originalmente en 1992, no fue sino hasta 1994 que empezó a esparcirse como un incendio candente y silencioso por todas las pistas de baile de América Latina. Al mismo tiempo, mientras hervíamos bajo su calor, un DJ local de Miami de nombre ”Jammin” Johnny Caride empezó a hacer sonar “La Macarena” en su programa de radio a través de Power 96 FM y en el club donde tocaba frecuentemente en las noches.

Cuentan que las primeras veces que “Jammin” Johnny quiso poner la canción al aire en Power 96 se enfrentó con la desafortunada política de la estación que prohibía tocar discos que estuvieran escritos en español en su totalidad. Y se dice que a su vez los asistentes del club en el que tocaba estaban sedientos de una macarena en inglés. Así fue como Johnny terminó reuniendo a los Bayside Boys, el trío de DJ’s que hicieron el remix de “La Macarena” en 1996 y la convirtieron en un hit global.

The Bayside Boys estaba compuesto por Mike Triay, DJ de origen puertorriqueño que también programaba 96 FM, Carlos de Yarza, y Johnny Caride. El trabajo que hicieron con el corte fue espectacular, pues acentuaron los elementos que le podían dar más fuerza y más calor a la hora de bailar. Subieron el volumen de ese característico: “¡eeeeeeeh, Macarena, aaaaggghh!”, le pusieron ese toque de Latin house, disco y algo de merengue, le sumaron ese famoso sampleo de teclado que suena al principio para construir la expectativa a hacia los primeros versos y le añadieron algunas letras en inglés.

La nueva versión de “La Macarena” se convirtió en un hit instantáneo. No había fiesta, boda, borrachera, crucero o club en cualquier lugar del mundo en el que no sonara este monstruo. Rápidamente la tomó la disquera RCA y les frimó un contrato.

El baile que acompaña a “La Macarena” es un símbolo en la cultura popular que ha trascendido el lenguaje. Probablemente sea tan globalmente conocido y recordado porque no tiene movimiento de hombros ni de caderas, está completamente neutralizado y desexualizado. Además es muy sencillo, solo requiere movimiento de brazos y casi nada de coordinación. Cualquiera puede bailarlo, es extremadamente incluyente.

 A todos los niños nos encantaba bailar esa canción como en una especie de ritual del que todos podíamos formar parte porque era muy fácil integrarse. Los adultos imitaban el baile sentados desde sus sillas de playa mientras nos veían entre risas y nos grababan con sus cámaras de 85 milímetros. Esto se transfiere a cualquier audiencia en cualquier contexto. Desde estadios y conciertos hasta bodas y shows de talento.

“La Macarena” se popularizó a tal grado en Estados Unidos, que durante unas elecciones, en la Convención Nacional Democrática de 1996, los delegados hacían la coreografía repetidamente. Hasta el Vicepresidente Al Gore bromeó sobre sumarse a la bacanal dancística, aunque no lo hizo. O por lo menos no en público (no había Youtube en ese entonces).

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