22 de julio de 2017

Fonseca triunfa en Madrid llenando la sala Arena


La imagen puede contener: 3 personas, personas en el escenario y personas tocando instrumentos musicalesFERNANDO J. LUMBRERAS.

Me gusta ver a Fonseca sobre un escenario, me gusta esa amalgama de ritmos folclóricos con ese pop latino tan comercial que conforma, en realidad, la base que mejor conoce y mejor maneja el artista bogotano. Y me gusta ver cómo se ha convertido en un cantante que no le canta solo a sus compatriotas, su música gusta a venezolanos, ecuatorianos, panameños, costarricenses... es ya un músico popular, entendido como de todos. Hace tiempo descubrí su música y en su anterior presentación en Madrid también tuve el privilegio de poder ir a verle. Por entonces, Juan Fernando se metía al público en el bolsillo con menos canciones. Ayer lo hizo con muchas más efectividad, con muchas más.

Todos estábamos esperando el show que finalmente fue, un concierto de varios flancos que se cubrieron con extraordinaria corrección. Por un lado el pop sonoro y querido, apareció la ranchera, desfiló el vallenato en un homenaje sentidísimo a Diomedes y a Martín Elías... por estar, estuvo hasta el rock n' roll más made in USA con una versión absolutamente inesperada del clásico de Chuck Berry Johnny be good que, particularmente, desencajaba con el tono que hasta el momento había llevado el recital pero no por ello tengo que negar su originalidad.

Fonseca se sintió cómodo desde el principio, sentí que la timidez con la que le conocí en la entrevista se disipó. Intuí que allí arriba, en el escenario, no tenía que enfrentarse a la incertidumbre de las preguntas de un periodista ávido de conocer cuantos más trucos mejor de singular y exitosa carrera. Allí estaba con sus músicos, colombianos todos, haciendo lo que mejor sabe hacer.

Su trayectoria musical abarca 5 Latin Grammys pero eso dio lo mismo anoche. La gente abarrotó la sala para verle cantar, coreó sus canciones como si cada una fuese la última y si hubiese que destacar momentos —no hubo uno solo—, fueron, sin duda, el del homenaje al vallenato que tanto le gusta, con interpretaciones magníficas de varios clásicos de Diomedes Díaz y, por supuesto, la ranchera. Estos dos estuvieron por encima del reencuentro con los clásicos Te mando flores, Arroyito o Hace tiempo. Todo un reto, dado que fue con estas canciones con las que llegó el reconocimiento internacional y sí, fueron coreadas, pero con ese homenaje sentido al cacique...

Bien es cierto recordar que aún saboreamos los postres de ese 20 de julio que sabe a independencia en Colombia y que los ánimos y el sentimiento se prestaban para que las melodías más colombianas llegasen al corazón con más presteza, no obstante fue encomiable su revisión de los éxitos de otros.

Fonseca cierra con dos conciertos en nuestro país su gira por España, ayer fue el último contó con una invitada de excepción, India Martínez, una artista que en lo personal me encanta y en lo profesional me fascina aún más. Con los dos sobre el escenario, el show lució de maravilla, y eso que aún faltaba lo mejor.

Mucho vamos a tener que ver a Fonseca, porque su carrera va a más, por ha encontrado un nicho en el que se desarrolla como artista con brillantez y porque en España encendió tres cosas a las que le ha cantado con idéntico acierto: ilusión, conexión y corazón.

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