
Por ISABELA CÓRDOBA GÓMEZ.
Y así cantando se fue yendo el tiempo, espacio entre canciones que no dejó olvidar la siguiente, la anterior o las que deseabas que sonaran, todo debidamente cuidado, sincronizado y estudio, incluso hasta sus chistes que, posiblemente hacen parte de un libro, se veían naturales. y aparece la primera gran invitada de la noche, Merche, que interpreta junto al artista el gran tema “Tan solo tú” sin la fuerza de la Guzmán, sin la garra de esa voz que hace de este tema uno de mis favoritos, podríamos decir que estuvo correcta aunque su voz se perdiera por momentos en el sonido.
Franco de Vita es un gran artista, compositor, músico y arreglista, un gran maestro de aquellas generaciones pasadas, y así lo dejó entrever mostrando su apoyo a su banda joven pero experta, momento de gloria que cedió a Salvador Beltrán, quien acompañado solo de su guitarra y una media luz cantó una canción que para mi gusto hizo decaer la energía acumulada que traía desde el comienzo, pero es que para energías bajas se destaca la del público, qué falta de chispa y de interacción, aun con la banda y De Vita animando!!! No se les ocurría ni responder a sus preguntas, nunca había ido a un concierto con un público tan soso, que somos latinos!! ¿No se supone que llevamos el sabor en las venas? ¿Qué pasaba anoche? Eché de menos más baile, más aplausos, más gritos y más entrega, y más aún viendo toda la energía y entrega derrochada en el escenario.
Mi momento favorito sin duda fueron los solos de los integrantes de la banda que acompaña a De Vita en las canciones, eran tan sublimes y perfectos, y qué decir de la presentación de los integrantes al público, jamás había visto algo tan original e ingenioso, me ha gustado eso de ti, Franco, que no eres sólo un nombre, eres una persona que reconoce el trabajo de quien te acompaña y lo mejor de todo es que lo haces en público, así, sencillo y humilde.
Me habían hablando, recomendado e idealizado la participación de pitingo en este concierto, pero la verdad es que me gustó más el coro de góspel que acompaño la canción NO BASTA. Pitingo tiene un pedazo de voz que sinceramente desconocía, ya que me desanimé un poco al escuchar su fatal pronunciación en ingles en algunas de sus melodías, pero tanto grito me cansa.
Pero antes de esta inesperada actuación, Franco nos deleita con un gran popurrí de sus canciones más representabas, me trasladé a mi adolescencia no podría evitar cantar y eso que antes de entrar me negué a corear “TE AMO, DESDE EL PRIMER MOMENTO QUE TE VI…” pero no lo pude evitar, me dejé llevar de esa melosería y momento rosa de la noche, que al final ¿qué más da? Si está de más que mostrar que el amor es el autentico motor que mueve cualquier voluntad.
Y para culminar esta gran noche no podía faltar “BUEN PERDEDOR” ¡qué momento!! Con el piano, la luz, las historias que lo acompañan y su antigüedad, ese éxito que le dio a conocer por todo el mundo servía de broche de oro a 2 horas y media de música, porque esto no fue un concierto, fue un recital de talentos, de emociones, de entrega, de igualdad, de apoyo, de amor.
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