6 de diciembre de 2015

El mercado de la música latina pierde fuelle en Miami


Ricky Martin, Enrique Iglesias, Gloria Estefan y Jennifer Lopez.

Por LUIS BARBERO.

Cuando se entra en alguna de las muchas tiendas latinas de Miami es habitual que suene Bailando, de Enrique Iglesias; Vivir mi vida, de Marc Anthony, o Volví a nacer, de Carlos Vives. Música pegadiza que sube el ánimo e invita a bailar. Música en español que funciona en el imperio del inglés. Una música que ha tenido recientemente su gran cita anual, la entrega de los Grammy Latinos, que acabó, una vez más, con un rotundo éxito. La ceremonia de la Academia Latina de Grabación, organizadora de un evento que aglutina a todo el mundo latinoamericano, hizo una nueva demostración de poderío y de sentido del espectáculo, en un momento en el que la industria musical, como tantas otras, experimenta una vertiginosa transformación por el imparable avance tecnológico.

En esta ocasión, la máxima distinción, el premio a la mejor grabación del año, le correspondió a la mexicana Natalia Lafourcade, en una elección en la que quedó por delante de artistas consagrados y veteranos en estas lides como Alejandro Sanz, Juan Luis Guerra, Ricky Martin o Julieta Venegas. Lafourcade, sonriente y feliz, abrumada por el reconocimiento que recibieron sus canciones de desamor y aún nerviosa, se dirigió al auditorio: “Dedico esto a México, a los latinoamericanos. Cuidemos nuestras raíces, nuestro origen, es muy importante llevarlo con nosotros”.

Queriéndolo o no, lo que dijo la cantante mexicana en Las Vegas, la ciudad que desde hace años alberga la principal cita de la música latinoamericana, apunta al corazón de un debate controvertido: la salud y la influencia de la música en español en Estados Unidos, un país en el que residen 54 millones de hispanos (casi el 18% de la población). Un increíble mercado en potencia (México tiene más 125 millones de habitantes), pero que no termina de responder a las expectativas creadas.

En los días previos a la entrega de los Grammy, Las Vegas acogió el estreno de un documental de HBO producido por el magnate musical Tommy Mottola titulado La explosión latina: Una nueva América, en el que se hace un repaso histórico de la influencia de los artistas latinos en Estados Unidos. Por el documental desfilan cantantes como Gloria Estefan, Marc Anthony, Jennifer Lopez,Pitbull, Ricky Martin o Romeo Santos, el nuevo rey de la bachata, pero también se recuerda el papel pionero que tuvieron Xavier Cugat, Ritchie Valens o José Feliciano. Todos ellos, en el pasado o en el presente, se hicieron un hueco en el panorama musical de Estados Unidos, muy competitivo y siempre atento a los cambios y a fusionar estilos de cualquier parte del planeta.

En la actualidad, la música hispana en Estados Unidos está a la expectativa, tras el momento álgido que vivió, al ritmo de la salsa, a finales de los años noventa del siglo pasado. Era la época en la que casi todo (artistas, contratos, discos, actuaciones…) pasaba por las manos de Emilio Estefan, una de las personas más importantes de la historia de la música hispana. Su influencia, sin ser la de hace tiempo, sigue siendo notable hoy. De hecho, hace unos días el presidente estadounidense, Barack Obama, entregó al matrimonio formado por Emilio y Gloria Estefan la Medalla de la Libertad, la principal distinción a civiles que otorga Estados Unidos. En este acto, Emilio Estefan se pronunció sobre la música latina y relacionó la crisis actual con las nuevas tecnologías y algunas de sus consecuencias negativas, como las descargas ilegales. “La tecnología ha cambiado mucho las cosas, pero creo que en el futuro ayudará a que los autores puedan cobrar por su obra. Hay que hacer cosas para que los músicos puedan vivir porque estamos pasando momentos difíciles y ya no se venden discos como antes”, afirmó el antiguo miembro de la mítica Miami Sound Machine.

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