30 de diciembre de 2016

EL DISCO DEL AÑO es.... Quítate las gafas, de Melendi


Resultado de imagen de melendi quítate las gafas

El octavo disco de Melendi ha sido un cambio absoluto en su carrera y hemos tenido no pocas ocasiones para ver cómo Ramón se iba haciendo mayor musicalmente hablando. Quítate las gafas (Sony Music) es un disco de madurez, tal vez el mejor y más distinto del cantautor asturiano, quien parece haber entrado en una nueva fase creativa de su vida, más contemplativo, más analítico pero afiladamente irónico.

Confieso que en el concierto que celebró en Las Ventas en septiembre de 2015 ya me encontré con un Melendi diferente del que los inicios. Ya no era el muchacho con rastas que se marcaba su rumbita y que éstas eran absolutamente recomendable si uno andaba con dos copas de más y quería cantarle a las ironías de la vida. Melendi era un artista de adultos, un artista adulto, con ganas de sentarse en el palco de la vida y ver las cosas con una perspectiva más tranquila, sin renunciar a ese deseo de los artistas grandes de gustar.

Quítate las gafas explora facetas de él que muchos teníamos ganas de conocer, como su faceta más latina. Existía casi esa necesidad de ver cómo era capaz de congraciar sus letras canallas, socarronas y surreales con esos ritmos que a veces exigen letras empalagosas o sentimientos más apasionados. La combinación fue un cóctel exótico pero no dulzón, con una manera de ver la música dinámica, extraordinaria y casi podría decirse que única.

 Desde la primera nota uno sabe que está explorando otros campos narrativos diferentes de los que Melendi ya nos había mostrado. Y entre canción y canción, aparece el desencanto del artista con algunas de las cosas que siempre le interesaron pero con una magistral vuelta de tuerca que nos hace soslayar esa nueva faceta de su composición. Las canciones de este disco son así, tienen su punto de agridulce pero acaban bien, como los capítulos de una vida.

Y no piensen aquellos que seguían a Melendi desde sus inicios que el autor se acomodó en la comercialidad, que no es así. Escuchando el disco completo uno ve que era el paso natural a nuevas dimensiones sonoras con el que el autor venía coqueteando tímidamente desde Un alumno más. A decir verdad, bien merece la pena quitarnos las gafas para poder contemplar un disco brillante y diferente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario