La historia de Miriam Alejandra Bianchi, Gilda, era, hasta el momento de su muerte en un accidente vial en la provincia de Santa Fe, la misma que la de muchos artistas del género tropical. Debió hacerse cargo de su hogar a los 16 años, tras la muerte de su padre, y hasta casarse y tener dos hijos, postergó sus carreras de maestra jardinera y profesora de educación física.
La vida de Gilda iba a cambiar luego de reencontrarse con un viejo amigo, y quien luego fue su segunda pareja, Toti Giménez. Él sabiendo de la verdadera vocación de Miriam, la convence de entrar de lleno al circuito de la cumbia y la música popular.
Si bien tuvieron un éxito considerable desde su primer disco en 1983, "De corazón a corazón", la trágica e inesperada muerte de la cantante fue la que la elevó al pedestal que hoy ocupa. Sus discos multiplicaron sus ventas, y el fatal desenlace de su vida, llevó a miles de fanáticos a comenzar a atribuirle poderes místicos y capacidades sobrenaturales.
En el lugar del accidente que se cobró la vida de Gilda y, entre otros, la de su madre y su hija, la gente levantó un santuario para llevarle ofrendas y encomendarle sus pedidos. No son pocos los que peregrinan hacia allí, atribuyéndole la condición de santa a la cantante.
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