FERNANDO J. LUMBRERAS.
Con toda la boletería vendida, Maluma llegaba a Madrid con la etiqueta de ir a protagonizar el concierto del año. No fue así. La cosa prometía porque el despliegue de luces y monitores era francamente espectacular y el propio artista había estado semanas atrás firmando discos a un nivel tal que su más reciente producción llegó a colocarse el número 2 en la lista de los más vendidos de Promusicae. Tres semanas después de aquella visita, el disco pasa sin pena ni gloria por las tiendas, apareciendo en el puesto 30 sólo cuatro semanas después de ponerse a la venta. El fenómeno Maluma se deshinchó tan rápido como aumentó mi decepción en el recital de esta noche.
El colombiano no estuvo acertado en la disposición del repertorio, comenzando con sus platos fuertes y perdiendo intensidad a medida que avanzaban los minutos. Y llegó a un punto en que la fluidez y la afinación tampoco estuvieron en su mejor estatus. Maluma es un artista de estudio, de escuchar en un disco, lo de verle en concierto es otra cosa, sin los arreglos de un estudio, sin un Autotune que solvente una voz que no entona, sólo recita.
Además del repertorio mal posicionado, también hubo importantes fallos de afinación en momentos en los que se exigió más a la calidad vocal del artista, apareció incluso algún que otro playback escalofriante allá donde su voz no llegaba. Pero lo que, como crítico musical, no puedo entender, fue el que aparecieran las canciones que ha compartido con otros artistas encajando su voz de directo con el sonido enlatado de los demás. Le aplaudo el malogrado intento de atreverse a ponerse en la piel de Ricky Martín en su reciente éxito, Vente pa' ca, pero resultó imperdonable verle convertirse en el tercero en discordia en La Bicicleta, intentado extender el éxito que de por sí han conseguido solos Shakira y Carlos Vives.
Maluma no tiene un amplio registro vocal, su voz da para poca cosa y eso fue lo que pasó. El apabullante show de luces trató de compensar todo eso pero había que ir un poco más allá para darnos de bruces con la evidencia. En fin, tiene mucha gira para compensar a sus enfervorizados fans.
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