22 de junio de 2017

VIVA RADIO entrevista en EXCLUSIVA a DADDY YANKEE

FERNANDO J. LUMBRERAS.

Cuando uno estrecha la mano de Daddy Yankee, puede sentir en primera persona que no está ante un artista del montón. Puede percibir que el éxito no se traduce en sus discos de oro, ni en reconocimientos diversos… ni siquiera en que le consideren uno de los grandes del reggaetón. Uno siente buena energía, uno siente sincera camaradería y, sobre todo, flow, mucho flow.

FERNANDO.— Daddy Yankee, te lo habrán dicho muchas veces estos días: bienvenido a España.
DADDY YANKEE.— Muchas gracias (risas) nunca es tarde para una nueva bienvenida.
F.— Vienes con la aureola de este éxito, Despacito, junto a Luis Fonsi, yo te escuché también con Tommy Torres, éste es tu año, ¿no?
DY.— Creo que sí, que es mi año en cuanto a éxitos musicales, que no me he puesto frenos ni limitaciones y que ha funcionado muy bien el trabajar con mis grandes compañeros y colegas de Puerto Rico y fuera de mi género. Luis Fonsi, Tommy Torres… dos talentazos.
F.— Si echamos la vista atrás, nos encontramos con La Gasolina, el primer gran tema tuyo que sonó aquí pero, ¿cuál crees que es ese momento tuyo con mayúsculas a lo largo de tu carrera?
DY.— No, sin duda alguna, el momento La Gasolina, cuando sale la película Talento de Barrio, la salida de Limbo, Shaky, Shaky y… ahora Despacito. Sin duda alguna han sido momentos que han marcado mucho mi vida.
F.— ¿Has sentido alguna vez que has tocado techo? Porque cuando encadenas éxito tras éxito puedes llegar a pensar qué puede ser lo siguiente
DY.— Siempre uno tiene esa incertidumbre, pero es el motor el cual te sigue empujando a retarte a ti mismo, siempre hay esa necesidad de dar más, de dar más de ti mismo, nuevas canciones… No podemos descansar tras éxitos pasados. Para mí es muy importante seguir hacia adelante con música moderna, me lo he propuesto como una meta personal.
F.— Si algo tienes también es la capacidad de dirigir la vista hacia personaso sectores sociales más desfavorecidos
DY.— Cuando yo hago todas estas obras altruistas es simplemente porque he visto y he vivido la misma situación por diferentes aspectos. Cuando crecí en mi barrio vi a otros muchachos con las mismas oportunidades que yo. He tenido amigos a los que perdí por culpa de la adicción, he visto a gente morir de cáncer por no tener dinero para pagar las medicinas y la quimioterapia… He estado directa o indirectamente involucrado en esta clase de situaciones y por eso me gusta ayudar y me gusta aportar dentro de lo que pueda, inclusive esta semana se graduó una de las muchachas que trabajaba en el programa de becas que tengo en Puerto Rico. Para mí eso… si tú me dices qué logro es mayor que Despacito es ese, ayudar a gente joven que no tiene dinero para estudiar o para becarse, yo le regalo la beca y bueno, se graduó Magna cum laude en la universidad, Para mí eso es el mejor regalo que me han dado en todo el año.
F.— Mejor que un disco de oro, desde luego.
DY.— Un millón de veces porque igual un disco de oro lo pones en la pared y una educación se queda para toda la vida.
F.— ¿Qué tienes preparado para esta gira de conciertos?
DY.— A mi me caracteriza ser un showman en el Caribe, es el alter ego que siempre uso para las presentaciones. El show mío se caracteriza por mucha alegría, mucha candela, mucha vida. Eso sí le prometo a la gente de Madrid y de toda España, que el show de Daddy Yankee les va aponer a bailar bien.
F.— ¿Qué tanto de improvisación hay en tus shows? ¿Hay algún momento en que te saltas el protocolo previsto y eres aún más tú mismo?
DY.— Pasa todo el tiempo. El DJ y yo tenemos una relación tan estrecha y nos conocemos tanto, que sabe que algunas palabras que yo diga, porque he percibido algo o porque quiero causar una reacción en el público… le miro y él ya sabe lo que tiene que hacer. En ocasiones me ha tocado romper el esquema en mitad del show. Todo el que me conoce sabe que soy bien espontáneo.
F.— Hace unos días, un periódico de tirada nacional en España hablaba del trap como una nueva variante de los ritmos urbanos, ¿cómo te posiciones ante un género tantas veces criticado como defendido?
DY.— Número 1: a mí me gusta mucho el trap. No es un género nuevo, es un género que lleva muchos años ya, desde principios del 2000. Mucha gente lo ha descubierto ahora. Yo he tenido oportunidad de hacer trap antes de que fuera muy popular, por ejemplo Fronteamos porque podemos, que es una canción de inspiración personal, una canción que habla de los logros de uno y de dónde son los orígenes de uno para llegar a este punto, que la cante con De la Ghetto, Yandel y Ñengo Flow. También tengo otra que se llama Ora por mí, muy personal, que utilizamos samplers de rock y nos pusimos a mezclar… Lo de ahora es una nueva tendencia. Los chamaquitos que lo traen no tienen reglas, es una anarquía musical. Es un caos, ellos mismos crearon eso entonces…. Yo puedo respetar ese punto de vista porque ellos no se vendieron a nadie. Es una reacción de ellos espontánea con el público. Son jóvenes que la radio no los toca porque no interesan, porque su público está ahí, en el internet, sus consumidores están ahí. A la gente que les alarma o que no les gusta tienen que analizar el porqué de estas letras, de estas canciones. Muchos de ellos, en el barrio no han encontrado las herramientas para cantar de una cosa feliz. Si tú no tienes las herramientas en tu ambiente para cantar algo positivo, no esperes que estos chamos canten algo positivo, porque la sociedad misma los ha marginado desde niños. Ellos han vivido violencia, han vivido… son un reflejo de lo que la sociedad ha creado. No pidamos a la sociedad que les eduquen cuando no lo han hecho antes.
F.— Se dan en muchas ocasiones muchas ocasiones, tal vez más que en otros géneros, mucha camaradería entre artistas que hacéis música urbana, ¿se da también esa camaradería en la vida real, lejos de los micrófonos?
DY.— Sí hay mucha camaradería. Yo entiendo que el género que existe en este momento con más camaradería es el urbano. Hay mucha tiradera también pero eso tiene que existir, es parte de la competencia. La tiradera tiene que existir como también existe mucha camaradería. Hay muchas colaboraciones entre nosotros que no paran y países que se suman. Ahora se sumó Colombia, Venezuela, Cuba, se suma República Dominicana y se van a seguir sumando de otros países al movimiento urbano. Los latinoamericanos somos el color musical y esto se va a seguir expandiendo

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