25 de marzo de 2016

La industria musical y el futuro de los sellos discográficos


sony music

por RAÚL CLEMENTE

Una década y media después de Napster, la industria musical está finalmente cambiando. Pero a regañadientes: Los sellos han comenzado a adoptar el streaming, pero están intentando proteger el precio de $15 por álbum, un formato que los consumidores han rechazado.

A presar de las protestas en contra de los ejecutivos de los sellos, están haciendo negocio de la forma en la que siempre han hecho, poniendo dinero en nuevos álbumes con la esperanza de que una pequeña parte de ellos se convierta en grandes hits, y así compensen las pérdidas en cualquier otro sitio.

Dave Goldberd tuvo una idea mejor: Quería reinventar radicalmente el sello moderno, reduciendo personal y gastos dramáticamente, centrándose casi totalmente en lo digital y dando un paso atrás en hacer nueva música.

Bajo el plan de Goldberg, el gran sello del futuro no intentaría firmar a Taylor Swift, o la próxima Taylor Swift. Perdería una gran parte del atractivo que el negocio todavía mantiene y sus ingresos se reducirían. Pero terminaría dando mucho más beneficio y valor.

Cuando Goldberg murió la pasada primavera, estaba gestionando SurveyMonkey, una empresa de encuestas digitales muy exitosa. Su carrera en la música la comenzó, primero en Capitol Records, y después con Launch Media, una empresa digital que cofundó y finalmente vendió a Yahoo. Siempre mantuvo un gran interés en la industria y su incapacidad para adaptarse al mundo digital.

Con el paso de los años, Goldberg ofrecería su receta para la industria para cualquiera que quisiera escucharlo. Ahora el mundo puede verla a través de una memoria que escribió el pasado verano para Michael Lynton, el CEO de Sony Entertainment. La nota apareció este año a través de Sony hack, y algunas personas de la industria se han referido a ella desde entonces. La copio aquí porque es relevante para la industria de la música y cualquier otro negocio que tenga problemas para reinventarse, es decir, la mayoría de las industrias.

Goldberg no deliraba sobre lo difícil que sería para Sony Music, supervisado por Lynton para transformarse:

“Creo que esta reinvención pocas veces se ha hecho dentro de una empresa de comunicación pública y sería difícil para Sony como empresa soportar las quejas de los artistas, empleados y partes relacionadas”, dijo Lynton.

Aquí están sus ideas generales:
  • Recortar en nuevos lanzamientos, limitándolos a actos más pequeños que no conlleven grandes avances y costes de marketing. El objetivo no es firmar grandes actos, sino “de manera segura, sacar buena música que perdure.”
  • Recortar empleados del sello que firman nuevos artistas y los promocionan, pero gastar algo de dinero en la tecnología que el sello necesitará para obtener ingresos de licencias, etc.
  • Recortar operaciones internacionales. “Esta es una parte enormaedel coste base con muy poco valor”.
  • Cambiar “radicalmente” la licencia digital para obtener más clientes a los que ofrecer servicios de suscripción y servicios gratuitos pasados en anuncios. Goldberg sugiere ofrecer a Spotify, Google y todos los demás, tarifas planas que los estimulen para “en gran medida aumentar sus bases de usuarios e ingresos, porque verían mejorados los márgenes en cada incremento de suscriptores. Si Netflix quisiera pagar 200 millones al año para dar todos los 40 millones de suscriptores una suscripción musical, sería estimulante, no una mofa”

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